martes, 24 de agosto de 2010

Inter Cuore



La luz del sol estaba sentada en una pequeña silla.
Frente a ella, se encontraba una pequeña niña.
Ambas platicaban sobre sus pesares,
Ambas, reían implacables de sus maldades.

El viento era otro fiel acompañante,
En gran manera es todo un caballero.
Irónicamente siempre es invariante,
Y a las citas, siempre era el primero.

En medio de ellos permanecía inerte una mesa,
Sin hablar, inmutada, era cálida, fría y tiesa.
Testigo de las indiscreciones de la chiquilla.
Bien sabía que ella era toda una pilla.

La mesa fue usada para charlar.
Para realizar inimaginables creaciones,
Así también, para de tristeza llorar,
Para llenar hojas blancas de colores.

Era una niña normal, con ojos, nariz y boca,
Pero su mente no le favorecía,
Pues era fiel, fuerte, y sólida como roca,
Y a las agresiones resistía.

Al igual que diabla, era toda dulzura.
Realizaba actos piadosos con premura.
Como cuando a Roberto el oso, los ojos le saltaron.
Sin pensarlo, ella luchó contra el mundo para curarlo.

Los demás al salir, la miraban con desprecio,
Pues siempre en su rostro, una risa portaba,
Jugaba, saltaba, tenía un espíritu necio,
Su cerebro circuitos y transistores llevaba.

Era la primera versión de su modelo.
Bonita la chamaquita, con rizos rubios y caireles.
Hermosos ojos azules como el cielo,
Mejillas rojas, suaves como pétalos de claveles.

Era la suplente de una niña normal.
Aún así, aquellos niños normales, groseramente la rechazaban.
Ella no comprendía, pues se veía igual.
Y aunque fuera como roca, de sus ojos lágrimas brotaban.

Sus padres, hijos biológicos no podían tener.
Pues problemas había en la genética.
Adoptivos no querían, no deseaban verlo perecer.
Así que mejor optaron por una robótica.

Su corazón palpitaba, sonaba como tambor,
Tenía ojos similares a los de su padre,
Una sonrisa preciosa, idéntica a la madre,
Si se pinchaba, también sentía dolor.

Entonces, ¿Por qué había padres que le temían?
¡Sudaba, lloraba, pensaba, se angustiaba, añoraba!
No había nadie quien la amara cuando sonreía
Por lo tanto, tan sólo con la luz del sol jugaba..

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